lunes, 9 de abril de 2012

El futuro a dos horas de Huesca



Lo que puede suponer diez o veinte años de estudios, debates, proyectos y promesas políticas ya lo podemos disfrutar con sólo saltar la frontera: La ciudad de Pau (85.000 habitantes en un área metropolitana de 185.000 habitantes), sin ser un paraíso para los ciclistas por su climatología más lluviosa y fría que la de Huesca, además de algunas cuestas, compensa estos inconvenientes con una buena disposición de aparcabicis, bicicleta pública, calles de doble dirección para las bicis, extensas zonas restringidas a los vehículos motorizados y grandes parques abiertos al ciclista. Los carteros usan bicicletas para el reparto, aunque en este caso todas las unidades que vimos eran eléctricas. Un minibús gratuito recorre toda la ciudad. En el Ayuntamiento puedes acceder a la bici pública o dejar tu propia bici en un aparcabicis.

Los carriles bici no abundan pero no se les echa de menos ya que en el centro son totalmente innecesarios y llegan a las zonas industriales, aprovechando los arcenes existentes, con presencia en las rotondas. Un detalle de agradecer para los visitantes es que existe tres estaciones donde alquilar una bici pública con la tarjeta de crédito, sin necesidad de abonarse. Las bicicletas no circulan por las aceras en ningún caso y tienen gran facilidad de circular gracias a las medidas tomadas que, sin ser espectaculares, se muestran muy eficaces. El casco no es obligatorio en ningún caso, ni dentro ni fuera de ciudad. 

Una forma habitual de reducir la velocidad a la entrada de las poblaciones consiste en instalar parterres configurando un trazado en zigzag, de modo que se estrecha la calzada y se reduce la velocidad sin necesidad de otra persuasión. Definitivamente, un compendio de medidas más allá del costoso y muchas veces inoperante carril bici.

En Olorón-Saint-Marie (12.000 habs) también podemos encontrar medidas como la circulación a contramano para ciclistas, medidas que nuestros políticos locales y nacionales no terminan de ver, a pesar de tenerlas muy cerquita en toda Francia, desde las pequeñas poblaciones hasta París.